Chernóbil, 26 de abril de 1986. “Cierra las ventanillas y acuéstate. Hay un incendio en la central. Vendré pronto”. Esto fue lo último que Vasili Ignatenko, un joven bombero, dijo a su esposa Liudmila antes de acudir al lugar de la explosión. Nunca regresó. Y en cierto modo, ella no volvió a verlo, pues en el hospital su marido dejó de ser su marido. Todavía hoy Liudmila se pregunta si su historia trata sobre el amor o la muerte.
Aún sin valoraciones